Antes
de los tiempos de las grandes cadenas de supermercados y las nuevas tiendas con
formato de bajo costo, pululaban las tiendas de barrio atendidas por los Don
Pedros, Doñas Pepitas, Don Jacintos, Doñas Yolandas... quienes son una parte
más de la vida de los barrios, las manzanas, los conjuntos residenciales, los
pueblos grandes y chicos… estas pintorescas y cálidas tiendas a pesar de la
feroz dinámica del mercado de abarrotes se niegan a desaparecer.
Los niños en su mayoría, son los encargados de realizar la transacción comercial para abastecer los productos que se requieren para el desayuno de la mañana siguiente, o de salir corriendo a la tienda de la cuadra, que casi siempre era o es la tienda de la esquina, y comprar las frutas para hacerle el jugo a la visita que acaba de llegar, y esperar que el siempre sonriente y dadivoso dueño de tienda cierre el trueque con un dulce o galleta adicional para el pequeño encargado de la logística.
En estas tiendas de barrio, con su variado surtido, desde una aguja hasta las frutas y verduras frescas se pueden conseguir. A simple vista y aparente conclusión rápida, se puede evidenciar que son negocios prósperos: siempre tienen buena cantidad y diversidad de productos, el señor o señora tendera y su familia cubren sus necesidades de alimentación, vivienda, educación, diversión. Cumplen con los pagos de arriendos, proveedores, servicios públicos, salarios de algún empleado.
Ya sea en una pequeña, mediana o gran empresa, es fundamental tener en cuenta que se debe ejecutar una buena gestión financiera, y especialmente con énfasis en el concepto del análisis del flujo de caja.
El flujo de caja, es una poderosa herramienta de análisis financiero que permite determinar la liquidez de un negocio en un periodo de tiempo definido, permite conocer el saldo de dinero de la empresa en un momento dado, es el detalle pormenorizado de los ingresos y los egresos, procurando ser mayores los primeros para que la empresa cuente con los recursos que le permitan cubrir los costos de su operación.
Acorde
a lo anterior, los tres aspectos
relevantes a considerar para garantizar una adecuada salud financiera para el desarrollo y crecimiento organizacional son:
1. Capacidad de reponer el capital de trabajo – Mantener surtido de la tienda.
2. Generar y repartir utilidades a los accionistas – Dinero libre para el tendero.
3. Atender el servicio a la deuda - Cubrir arriendos, proveedores, salarios.
Con
el análisis, gestión y cumplimiento de estos tres principios respecto al flujo
de caja, ingresos versus egresos, permite rápidamente evaluar si un negocio es sostenible
y cuenta con proyección de crecimiento.
Se
debe contar con la liquidez para realizar la reposición de los productos que
conforman el surtido ofrecido al mercado, entregar utilidades monetarias para
sus propietarios y cumplir con todas las obligaciones financieras que permiten
la operación del activo.
Las
grandes cadenas de abarrotes y las tiendas de barrio apalancadas en la adecuada
gestión de liquidez empresarial están enfocadas en su OBF, objetivo básico
financiero: Maximización del valor para los propietarios, para los accionistas,
para Doña Pepa y para Don Martín.
Nelson Oswaldo Sandoval Rojas.
Bogotá D.C. 25 de Septiembre de 2020
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